Esta es una receta de paso a paso que he visto trabajar con éxito una y otra vez a lo largo de mi vida. Este domingo estoy predicando sobre las formas positivas para evitar el pecado del chisme a través del trabajo de la obra interior del Espíritu Santo y el goce de sus frutos. Sin embargo, comparto hoy con ustedes esta receta peligrosa de manera que cuando usted identifica estos ingredientes venenosos en su vida, usted sabrá lo que sin querer usted puede agitar……
1) Se un susurrador.
Proverbios 16:28: “El hombre perverso levanta contienda. Y el chismoso aparta a los mejores amigos.”
2) Permite que tu lengua y las lenguas de los miembros de tu familia corran sin freno.
James 3:5-8: “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.”
3) Manten a otros a un nivel más alto que tú.
Proverbios 11:9: “El hipócrita con la boca daña a su prójimo.”
4) Asume lo peor de los demás.
Salmo 41:7: “Reunidos murmuran contra mi todos los que me aborrecen; Contra mi piensan mal.”
5) Escucha los rumores en contra de otros.
Proverbios 17:4: “El malo está atento al labio inicuo; Y el mentiroso escucha la lengua detractora.”
6) Repite cada rumor que escuchas.
Proverbios 17:9: “El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo.”
7) Olvídese de que usted fue perdonado mucho y exija que sea tratado perfectamente.
Mateo 18:27-28: “ El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: ¡Págame lo que me debes! “
Sin embargo, se advertido. Al seguir esta
receta siempre trae el juicio de Dios sobre las cabezas de aquellos que la utilizan. Y trágicamente he visto algunos de las vidas más dulces de personas siendo destruidas por este veneno que se agita en sus casas, y algunas de las más felices iglesias ser lisiadas y hasta destruidas por ella.
Salmo 101:5: “Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré;
No sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso.”.