Respondiendo A Las Excusas Para Descuidar el Culto Familiar

La mayoría de la gente tiene los jardines terribles debido al arduo trabajo, sudor y la paciencia que un buen jardín requiere. Por lo tanto, ellos tienen excusas para sus jardines crecidos, y de bajo rendimiento. Por otro lado, cada buen jardinero encuentra gozo en la idea de que para producir buen fruto, es necesario preparar y cultivar la tierra para las plantas. No hay nutrientes – no hay fruto. No hay agua – no hay fruto. De un ambiente muy hostil – no hay fruto. 

De esta manera es la familia. Ciertas cosas tienen que ser cultivadas. Deben ser protegidas de ciertas cosas dañinas. Algunas cosas tienen que ser sacadas. Esa es la misma manera que Dios diseñó la familia para estar sana.

Una de las maneras de Dios para hacer crecer la familia es a través de, lo que lo llamó un viejo predicador, “la religión de la familia” – traducido – “el culto familiar y la instrucción de la familia.”

Dios es tan serio sobre ello que él en realidad pronuncia una maldición si lo descuidas. “Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre” (Jer. 10:25).

Sin embargo, si eres como yo, talvez tengas un horario que parece interponerse en el camino de tus deberes como “profeta, sacerdote y rey.”

Debido a las presiones para descuidar un gran llamado, quiero compartir con ustedes un poco de sabiduría, que aborda estos obstáculos al discipulado familiar.

El predicador del Gran Avivamiento, Samuel Davies, quien eventualmente se convirtió en el cuarto presidente de la Universidad de Princeton, pronunció estas palabras importantes para los hombres que están demasiado ocupados para ser los pastores que están llamados a ser:

Y por último, yo vengo a responder a las objeciones usuales contra este importante deber de la religión de la familia.

Sería más honesto para la gente francamente confesar que no tienen corazón para éllo, y que ésta es la verdadera causa por la cual ellos lo descuidan, y ninguna objeción válida ellos tienen contra ésto; pero  como ellos se torturaran  con sus inventos  para  hallar algunas súplicas para excusarse ellos mismos,   tenemos que responderles.

1era objeción. “No tengo tiempo, y mi negocio secular sufriría por la religión de la familia.”

Si solamente fuiste formado para este mundo, habría  una fuerza en esta objeción; pero ¡Qué extraño suena tal objeción en el heredero de una eternidad! Ora, ¿para se te es dado el tiempo? ¿No es principalmente para que te prepares para la eternidad? ¿Y no tengan tiempo para lo que es el gran negocio de sus vidas?

Una vez más, ¿Por qué no imploran, también, que no tienen tiempo para sus comidas diarias? ¿Es la comida más necesaria para sus cuerpos que la religión para sus almas? Si piensas así, ¿qué ha sido de tu entendimiento?

Además, ¿Qué empleo sigues? ¿Es legal o ilegal? Si ilegal, entonces renuncia de inmediato, si legal, entonces  admitirá el ejercer  la religión de la familia, porque Dios no puede ordenar contradicciones; y como él te ha mandado que mantengas su culto en sus casas, esa es la demostración que  cada llamado que el te permite seguir brindará tiempo para ello.

Finalmente, no puedes redimir tanto tiempo de conversaciones vanas, insignificantes, o incluso de tu sueño, a fin de que halla suficiente tiempo para la religión de la familia?

¿No puedes ordenar tu devoción familiar a fin de que tus empleados domésticos puedan asistir a ella, ya sea antes de salir a su trabajo, o cuando llegan a comer?

2nda objeción. “No tengo habilidad para orar, yo soy demasiado ignorante.”

Si usted tuviera un sentido propio de sus deseos, esta excusa no le impediría ¿Has oído hablar de un mendigo, aunque sea ignorante, hace esta objeción? Un sentido de sus necesidades es una fuente inagotable de su elocuencia.

Además, ¡qué extraño suena esta objeción de ti! ¡Qué! ¿Has disfrutado de la predicación, la Biblia y los buenos libros hasta ahora, y todavía no sabes qué pedirle a Dios? ¡Ay! ¿Qué has estado haciendo?

Una vez más, ¿Es el descuidar la oración la manera de mejorar en conocimiento, y calificarte para  realizarla

Por último, ¿Podrían no ustedes mismos proveerse fácilmente con formas de oración, las cuales no pueden usar como personas débiles en sus extremidades hasta que tú las puedas dejar a un lado? Es fanatismo solamente al decir que tú descuidaras la esencia del deber, si no puedes realizar cada circunstancia de esto en la mejor manera.

3ra Objeción “Me da vergüenza”.

Pero, ¿estará esta vergüenza bien fundamentada? ¿Es realmente una vergüenza para adorar al Dios de los cielos, y participación en el trabajo de los ángeles?

¿Están los pecadores avergonzados de servir a su Maestro?

Un poco de práctica fácilmente te liberará de toda esta dificultad.

4ta Objeción. “Pero, ¡ay! Yo no sé cómo empezar. ”

Aquí, de hecho, se encuentra la dificultad; pero ¿por qué no se apropia de lo que usted hasta ahora estaba equivocado, y que preferirías reformar que persistir obstinadamente en la omisión de un evidente deber?

5ta Objeción. “Pero mi familia no se unirá a mí.”

¿Cómo lo sabes? ¿Has probado? ¿No eres señor de tu propia familia? Ejerce esa autoridad en esto lo cual tu reclamas en otros casos.

6ta Objeción ª. “Pero voy a ser ridiculizado y se me reirán.”

¿Es usted entonces más miedoso a la risa o a la burla que al desagrado de Dios? ¿Prefieres agradar a los hombres que él?

¿Nunca te volverás religioso hasta que tu puedas obtener los aplausos de los impíos para serlo? Entonces nunca serás religioso en absoluto.

Piense en cómo soportarías al final el desprecio del universo entero  por la negligencia de este deber!- De la necesidad y la excelencia de la religión de la familia de Samuel Davies