Hay un montón de seguridad de trabajo para el hombre que predica la pura Palabra de Dios. La seguridad viene de Dios mismo cuando dice: “…Porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.” (1 Sam. 2:30). Hay un gran abismo entre las alabanzas de los hombres y el honor que viene de Dios por ser obediente.
“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” 1 Cor. 15:57-58