Jonathan Edwards señala uno de los maravillosos efectos de verdadero despertar en la gente de la iglesia – un sentimiento de dependencia absoluta:
La deriva del Espíritu de Dios en sus esfuerzos legales con personas, ha parecido más evidentemente el ser, dar paso para, y llevar a una convicción de su dependencia absoluta de su poder soberano y gracia, y la necesidad universal de un Mediador, al llevárlos más y más a un sentido de su gran maldad y culpabilidad delante de sus ojos; la contaminación y la insuficiencia de su propia justicia, que no pueden en modo alguno ayudarsen a sí mismos, y que Dios sería totalmente justo y recto en rechazarlos a ellos y todo lo que hacen, y en echandolos fuera para siempre: aunque haya una gran variedad en cuanto a la forma y la distinción de las convicciones de las personas sobre estas cosas (Pg. 70, 71, The Jonathan Edwards Reader, Yale Nota Bene).