Suscríbete por RSS

Concepcion Erronea #1 – El Evangelismo es un Programa

Publicado por Scott Brown el 12/24/2012

“Entonces Boyd … en esta “nueva” iglesia en la que las familias se sientan juntas y no tienen programas, ¿cómo evangelizan?” He escuchado eso varias veces y anticipo escucharlo de nuevo. Es una de las preguntas más comunes que recibo como un pastor de una IFI, la pregunta esta sin embargo fundacionalmente mal. Se asume que el evangelismo es un programa. He encontrado otro pastor que esta de acuerdo conmigo en los comentarios sobre los programas y la evangelización.

Chris Castaldo, pastor de la comunidad y la plantación de iglesias en Church College en Wheaton, Illinois: “¿Cómo se escribe ‘evangelismo’?”  Para muchos, si somos honestos, se escribe “programas”-un evangelista invitado en el púlpito, Escuela Bíblica de Vacaciones, conciertos de Navidad, y similares. “

Pero el evangelismo no es un programa, al igual que la oración, el diezmo, o la santidad. Antes de que Jesús ascendiera al cielo, Él no nos dejo con un programa, sino un mandamiento de “IR!” Un mandamiento que funciona sin llegar a ser nunca un programa en una iglesia. La evangelización es una cuestión de nuestro amor por el Señor y nuestra obediencia a El. ¡Pero no es  algo  programado!

Entonces, ¿por qué se percibe a menudo que el evangelismo es un programa de la iglesia? Si le preguntas a los creyentes de hoy cómo su iglesia evangeliza, a veces se obtienen respuestas como estas: “Tenemos AWANA, nuestros adolescentes tienen Noche de Juventud, nuestras personas solteras tienen actividades sociales, tenemos una búsqueda de huevos de Pascua, etc” ¿Pero, es eso el evangelismo?

Bueno, puedes evangelizar en algo como eso, al igual que también puedes evangelizar en el trabajo. Pero la tendencia (si somos honestos) es dejar que nuestro evangelismo sea “ese programa en la iglesia” en lugar de hablar personalmente con un compañero de trabajo o un vecino. ¿Pero es eso lo que Cristo nos encargó hacer? ¿A sustituir la evangelización personal con invitaciones a eventos de la iglesia?

Pero a medida que comienzo a procesar esto cada vez más, me puse a mirar hacia atrás en mi propia vida como pastor de jóvenes. La conclusión a la que llegué fue desalentadora: “Yo era un contribuidor principal a esta línea de pensamiento – que la evangelización era programática.” Yo era el que le había dicho a los adolescentes que inviten a sus amigos a la iglesia para el mejor y mas próximo evento. Yo fui el que trate de proponer programas o eventos que lleven a los adolescentes a Cristo. Pero lo que no pude hacer como el “pastor profesional de jóvenes” fue entrenar a los adolescentes para evangelizar personalmente. (Y lo más importante fue que no logre entrenar a los padres sobre cómo enseñar a sus adolescentes a evangelizar… pero esa es otra historia.)

¿Así que, el resultado? Ayudo a adoctrinar a una generación que piensa que el evangelismo es invitar a un amigo para el próximo programa que la iglesia ha creado. Yo no estaba haciendo discípulos, estaba haciendo mercadotecnia. Y en su mayor parte, estos programas se anunciaban o diseñaban para ser, de alguna manera, entretenidos.

Y como pastor de jóvenes,  entre mas niños llegaban a mis programas creativos, más éxitoso yo parecia ser. Pero eso es también lo que me enseñaron. En mis estudios en Liberty University, uno de los cursos que tomé en preparación para los ministerios juveniles fue sobre la planificación de las actividades. Pensé que este curso fue fundamental para mi futuro ministerio. Pero eso estaba mal porque mi fundación para el evangelismo personal estaba equivocada. Mi objetivo no era en última instancia acerca de la predicación del evangelio, pero la creatividad de un encuentro de jóvenes que me daría la oportunidad de predicar el evangelio. Porque si yo no tenía un evento que fuese muy divertido, emocionante o entretenedor, ellos no vendrian y yo no pudiera llegar a ellos.

Mi presuposicion era “¿Cómo puedo compartir el evangelio si no hay algo a donde los adolescentes quieran asistir?” Necesitaba un programa, un fantástico “chevere” acontecimiento que atraería a los adolescentes. Al parecer, la cruz de Jesucristo y su mandato de ir y decirles, no era suficiente para mí para evangelizar. Pero eso no es lo que Pablo dijo.

I Corintios 1:23: “Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los Judios ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura”. Pero como pastor de jóvenes, que necesitaba un programa para cumplir la Gran Comisión … y tenía que ser chevere y divertido. Según yo, el evangelio ahora necesitaba un cierto tipo de música, pizza, y algo divertido antes de que pudiera ser predicado o incluso eficaz.

Miralo en esta manera. Cuando me he sentado a corregir a cualquiera de mis hijos (la ley) y luego reafirmar mi amor por ellos (el evangelio), nunca he hecho lo siguiente:

- Tocado música de fondo

- Les he dado de comer pizza

- Jugado un juego para que se sientan bien.

No. Mis hijos – y sus hijos – no necesitan recursos carnosos para someterlos a la audiencia del evangelio. Sin embargo, esta es la medida de la evangelización para muchos creyentes profesantes. No todos, pero muchos. Evangelizar no es una discusión uno-a-uno acerca del pecado, la ley y el evangelio de la gloria. Envez, creemos que hemos compartido nuestra fe cuando decimos: “Oye, ¿quieres venir a _________?”

Desgraciadamente hoy, el evangelismo en muchas iglesias tradicionales ya no esta en vista como alguien quien personalmente comparte su fe a lo largo de la semana. Envez, es quien invita a su amigo a un programa o evento en su iglesia local … y por lo general se ve desde el exterior, ya que tienen algún tipo de valor de entretenimiento.

Pero las palabras de Cristo deben ser suficientes para nosotros su iglesia … “id y predicad el evangelio” – no programarlo.

Boyd Dellinger es pastor/anciano en Heritage Bible Fellowship en Fayetteville, Carolina del Norte. Se graduó en 1990 de Liberty University con una licenciatura en Pastoral Juvenil. Después de años de ver las dificultades del ministerio de jovenes “exitoso”, el Señor lo llevó a ser parte de empezar una iglesia de familias integradas. Él y su esposa, Lori, tienen diez hijos.

Tema: Español