¡Prepárate para encontrarte con tu Dios, OH cristiano! Dirigete a tu cuarto en la noche del sábado, confiesa y lamenta tu infidelidad contra las ordenanzas de Dios; avergüénzate y condénate a ti mismo por tus pecados, ruega a Dios que prepare tu corazón, y lo ayude para las sesiones religiosas; pasa algún tiempo reflexionando en la infinita majestad, la santidad, el celo y la bondad, de ese Dios, con quien has de hacer deberes religiosos; reflexiona en el peso y la importancia de sus santas ordenanzas …; medita sobre la brevedad del tiempo que tú tienes para disfrutar los días de reposo, y sigue meditando … hasta que el fuego arda; tu no puedes imaginarte la buena ganancia que puedes obtener por tener tales pensamientos, cuan agradable y provechoso el día del Señor será para ti después de tal preparación. El horno de tu corazón así ardiendo durante la noche, se calienta fácilmente a la mañana siguiente; cuando el fuego sale a relucir al acostarte a dormir, será encendido más pronto cuando te levantes. Si tú dejas así tu corazón con Dios el sábado por la noche, has de encontrarlo a él en la mañana del día del Señor.
- JI Packer, Una búsqueda Por la Divinidad: La visión puritana de la Vida Cristiana, (Wheaton: Crossway, 2010), 221.