Es fácil participar en las formas externas de la adoración - orando, cantando, leyendo la Palabra de Dios, escuchando la Palabra de Dios, y observando la Cena del Señor. Pero éstas se han dado, no como fines en sí mismos, sino como medios para un fin: el rasgar el corazón.
"Por esto pues, ahora, dice Jehova, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, llanto y lamento. Así Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertios a vuestro Dios; porque misericordio es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo "Joel 2:12-13