El apóstol Pablo no era ajeno a las iglesias evangélistas. Él escribe a uno de ellos de esta manera, “pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre. Bien sabéis cómo nos portamos entre vosotros por amor de vosotros. Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo. De esta manera habéis sido ejemplo a todos los creyentes de Macedonia y de Acaya, porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor; y no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.” 1 Tesalonicenses 1:5-8
Esta preciosa iglesia local recibió el evangelio puro, estaban firmemente establecidos en ese evangelio, y fue divulgado en todo lugar. ¡La iglesia evangélica no es un espejismo! Pablo fundó una iglesia y la vio madurar y dar fruto.
Que Dios les dé a nuestras iglesias locales este testimonio, para que en los años que vienen la gente piadosa vea lo que Dios ha realizado en medio de nosotros. Que puedan ver que hemos recibido un evangelio puro, que nos hemos establecido firmemente en el, y que este Evangelio se ha divulgado en todo lugar.
Hay algunos temas importantes que este artículo simplemente presupone, y no toma en cuenta. En primer lugar, es el evangelio puro visible. Eso ciertamente no es un hecho en este tiempo en que tantos falsos evangelios son bienvenidos en el mundo evangélico. En segundo lugar, una iglesia local que es una voz poderosa para el evangelio está dominada por personas que realmente han nacido de nuevo. En esto también no hay un éxito seguro para la iglesia local moderna. Por último, el evangelismo es simplemente el punto de partida de la Gran Comisión, un subconjunto que es sólo una pequeña porción de lo que significa hacer discípulos a las naciones.
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