La Mayor Oportunidad Evangelística sin Explorar en la Iglesia Moderna – Scott Brown

por Scott Brown, Tema: Español

Yo creo que estamos involucrados en la mayor oportunidad evangelística que enfrenta a la iglesia de hoy día: la salvación de millones de niños a través del ministerio evangelizador y discipulador de sus padres y madres en el hogar. Este no es el único campo misionero, pero es quizás el campo más descuidado por la iglesia de nuestros tiempos.

La Biblia ordena que los padres deben de predicar el Evangelio a sus hijos todos los días, cuando “te sientes en su casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7). Una de las funciones más importantes de un padre es transmitir el conocimiento de Dios a la siguiente generación. El mandato bíblico a los padres es exponer, día tras día, a sus hijos a la grandeza de Dios, la perfeción de Sus caminos, y las grandes historias que explican Su naturaleza y carácter. Este tipo de instrucción provee a los niños una verdadera comprensión del Evangelio.

Considera el Impacto Evangelístico que Tienen los Padres Fieles

Piensa en el impacto evangelístico que nosotros, como padres, tendríamos en nuestra generación si sólo prestáramos atención a este mandamiento. Consideremos el ejemplo del padre fiel: Diariamente este hombre alaba a Dios frente a sus hijos con cientos de palabras y principios prácticos para la vida. Día tras día, él comparte con ellos, explicando las historias que glorifican las bondades de Dios, Su ira hacia los pecadores, y Su poder para vencer sobre todas las cosas. De este modo, el refleja el corazón del Padre celestial, que clama: “Si oyeres hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación” (Hebreos 3:7-11).

A su vez, los hijos observan cómo su padre se deleita, personalmente, en la Palabra de Dios y se pone bajo Su maravillosa enseñanza. Ellos contemplan cuan bueno y poderoso es Dios y lo necio que sería apartarse de Él. Ellos ven cómo su padre es confrontado y consolado por la Palabra y como Dios lo va cambiando ante de sus propios ojos.

Bajo este tipo de ministerio de amor y felicidad, los niños escuchan el consejo de Dios, desde Génesis hasta el Apocalipsis. Ellos ven el fluir de la historia según la perspectiva de Dios. Aprenden aquellas maravillosas doctrinas de la fe que sustentaron a gente humilde una generación tras otra. Observan la poderosa mano de Dios obrando en contra de todo obstáculo humano. También pueden apreciar el principio y el fin de la historia y dónde ellos mismos caen dentro de esa corriente. Descubren quién gana la batalla al final. Ellos saben que nada puede interponerse a la voluntad de nuestro Soberano Señor.

Un Contraste de los Resultados: El Discipulado en la Gran Carpa se Queda Corto

Cuan diferente es esto en comparación con enviar a nuestros hijos a una cruzada evangelística o a un concierto con la esperanza de que puedan ser salvos.

Este ciclo es muy común: una persona joven va a un concierto Cristiano, responde a un  llamado al altar para aceptar a Cristo y hace una profesión de fe, faltándole una real y verdadera conversión. Pasa al frente respondiendo a una emoción o quizá al remordimiento de una conciencia de culpabilidad, o tal vez porque un amigo respondió al llamado—pero no porque realmente entiende el Evangelio. Es por esto que tan pocos que “toman la decisión” en las reuniones evangelísticas continúan con una vida Cristiana normal de cambio y crecimiento. Sin la comprensión a fondo del pecado y un verdadero arrepentimiento en cuanto a la vida pecaminosa que llevan, vienen a ser  como la semilla que cayó en pedregales y brotó rapidamente mas murió porque no tenía raíz en sí misma.

Lamentablemente, nuestras iglesias están llenas de gente joven que ha “respondido a un  llamado al altar”, pero que nunca ha entendido realmente la amplitud del mensaje del Evangelio. Para ellos, el Evangelio ha sido trivializado y reducido a simplemente “aceptar a Cristo en sus corazones”.  En contraste con esto, la enseñanza diaria del Evangelio que un padre da a sus hijos provee comprensión detallada del Evangelio y alimenta sus almas. La lectura de la Palabra de Dios en su propio contexto y contenido proporciona a los hijos todo lo que se necesita para que se conviertan en verdaderos seguidores de Cristo.

Rebelión en Contra de lo que Dios Claramente Ordena a los Padres

Los requisitos de Dios para la evangelización de niños son claros: a los padres se les ordena enseñar  diligentemente la Palabra a sus hijos y cuidar de sus almas día tras día. La triste realidad en la vida de padres que asisten a iglesias modernas es que se contentan con las escuelas dominicales y las cruzadas evangelísticas (las cuales no se mencionan ni se ordenan en las Escrituras), rechazando los mandamientos directos e innegables de Dios que le requieren enseñar personalmente a sus hijos todos los días. Esto es rebelión abierta contra el Señor.

Desafortunadamente, muchos padres continúan en su rebelión porque se sienten satisfechos con sus esfuerzos, especialmente cuando comparan sus prácticas de crianza a las de su pastor y hermanos Cristianos. A  menudo los padres se sienten satisfechos de su participación en la vida de sus hijos, ya que—en lugar de definir la paternidad fiel por lo que las Escrituras prescriben—definen una paternidad ejemplar en relación a asistir a recitales musicales de sus niños, a competencias deportivas, y ser parte de a una iglesia con una buena escuela dominical o grupo de jóvenes.

Con el fin de rescatar del infierno a esta generación perdida de niños en hogares cristianos, primero tenemos que ayudar a los padres a entender lo que Dios ha mandado, y exhortarlos a abrazar sus responsabilidades como padres ante el Señor. Debemos hablar con claridad sobre lo que Dios ha mandado para que los padres no pierdan la oportunidad de tocar los corazones de sus hijos e hijas con el mensaje del Evangelio.

¡Despierta! Estamos Perdiendo la Próxima Generación:

Porque los padres han fallado en cumplir con su deber de discipular a sus hijos, estamos perdiendo la próxima generación al mundo. Una serie de observaciones y estudios ilustran esta tendencia. Considera lo siguiente:

El investigador George Barna sostiene que si las tendencias actuales en los sistemas de creencias y prácticas de las nuevas generaciones siguen como van, en diez años la asistencia a la iglesia será la mitad de la de hoy en día. [1]

Dawson MacAlister, especialista nacional en el ministerio de jóvenes, comentó que el 90% de los jóvenes en el décimo grado (o segundo año de bachillerato), que participan activamente en programas de la iglesia, abandonan la iglesia después de su primer año en la universidad. [2]

Datos de la Convención Bautista del Sur también indican que estamos perdiendo de un 70 a un 88% de nuestros jóvenes después de su primer año de universidad. [3] En otro informe a la Convención Bautista del Sur del Comité Ejecutivo, el General T.C. Pinckney observa que el 70% de los adolescentes que participan en los grupos de jóvenes dejan de asistir a la iglesia antes de que pasen 24 meses de su graduación de la escuela secundaria. [4]  El Consejo para la Vida Familiar de los Bautistas del Sur reportó un dato aún más sorprendente—que el 88% de los niños en hogares evangélicos abandonan la iglesia a la edad de 18 años. [5]

Aquellos que Entienden el Evangelio Según sus Edades:

Aunque la asistencia a la iglesia es uno de los barómetros para determinar la continuidad generacional del Evangelio en las iglesias, otro estudio señala un problema más fundamental. Thom Rainer, profesor de evangelización en el Seminario Theológico Bautista del Sur, realizó una encuesta con el fin de determinar si la gente entiende el Evangelio. En respuesta a las preguntas de su encuesta, los siguientes porcentajes de personas respondieron de una manera que indica que eran nacidos de nuevo: [6]

  • Personas nacidas antes de 1946 — 65%
  • Personas nacidas entre 1946 y 1964 — 35%
  • Personas nacidas entre 1965 y 1976 — 15%
  • Personas nacidas entre 1976 y 1994 — 4%

Considera la Enorme Ventaja que Tienen los Padres para Evangelizar a Sus Hijos

De todos los estudios recientemente publicados, el más certero con respecto al rol de los padres es éste: de acuerdo con un informe publicado por La Prensa Bautista [7] si un niño es la primera persona en el hogar que se convierte al cristianismo, hay un 3.5% de probabilidad que los familiares le sigan. En caso de ser la mamá la primera, hay una posibilidad de 17% que todos los demás en el hogar se sometean a Cristo. Aquí está el punto clave: si el padre es el primero en profesar a Cristo, las probabilidades son entonces de un 93% para que todos los demás en la casa, pongan atención al llamado del Evangelio.

Oremos por un Despertar en los Hombres

La Palabra de Dios declara, y estudios afirman, lo que esta generación necesita—un resurgimiento de hombres comprometidos a discipular a sus hijos.

Mientras que la iglesia en el siglo XXI está perdiendo la próxima generación de niños al mundo, el CNIFI quiere alentar a los padres a volver a su rol bíblico como cabeza de familia, a predicar el Evangelio y a hacer discípulos de sus hijos. También estamos alentando a líderes en las iglesias a tener el coraje de cancelar los programas que roban a los padres de la habilidad de cumplir su rol de acuerdo al órden de la creación y poner su energía en el cumplimiento de los claros mandamientos de Dios.

La profecía mesiánica del gran Salmo 22 muestra cómo Dios lleva la gloria de la salvación de una generación a la otra a través de los que toman en serio el encargo de enseñar a sus hijos:

  • La posteridad le servirá; esto se dirá del Señor hasta la generación venidera. Vendrán y anunciarán su justicia; a un pueblo por nacer, anunciarán que El ha hecho esto. (Salmo 22:30-31)

Por favor oren para que nosotros como padres no dejemos pasar esta gran oportunidad evangelística inexplotada en la iglesia de hoy. Que se diga que esta generación de padres ha cumplido con la Gran Comisión.

Prediquemos pues la plenitud del Evangelio en nuestros hogares y demos a nuestros hijos mas de mil razones para creer.

1. Barna, George, Revolución (Tyndale House Publishers, Carol Stream, IL, 2005), p. 48-49
2. McNeal, Reggie, The Present Future (Jossey-Bass, San Francisco, CA, 2003), p. 4.
3. Pinkney, TC, Comentarios a la Convención Bautista del Sur del Comité Ejecutivo, en Nashville, Tennessee, 18 de septiembre.

Scott T. Brown

Scott T. Brown es el presidente del Centro Nacional para la Integración de Familias e Iglesias y es anciano en la Iglesia Bautista Hope en Wake Forest, Carolina del Norte. Scott se graduó de la Universidad Estatal de California en Fullerton con una licenciatura en Historia y recibió una Maestría en Divinidad de la Escuela de Teología Talbot. Él le dedica la mayor parte de su tiempo al ministerio pastoral, a conferencias sobre la paternidad, a la reforma de la iglesia, y al fortalecimiento de la familia. Él y Deborah han estado casados por 31 años y tienen cuatro hijos adultos. Scott también ayuda a las personas a pensar sobre las dos instituciones más importantes que Dios ha establecido: la iglesia y la familia.