La Imagen

Yo le solicité a mi hijo hace unas semanas que hiciera un dibujo cada vez que el pastor Scott mencionara un animal. Estábamos en un pasaje de la Biblia en Isaías, y mi hijo realmente lo estaba haciendo muy bien, pero en un momento que Scott (el pastor) mencionó al mismo tiempo cinco animales diferentes, y mi hijo volteó a mirarme y me dijo "yo no sé cómo hacer esto".

Que tus hijos estén allí sentados, mirando lo que está sucediendo entre tu esposa y tú, ellos están mirando una imagen del Evangelio, ellos todavía tal vez no lo saben, ellos todavía tal vez no han hecho esas conexiones, pero nosotros sabemos que es una imagen del Evangelio, no es la imagen de nada más.

Es totalmente manifiesto que la perspectiva de tus hijos respecto al matrimonio será totalmente moldeada por el tuyo, al menos mientras crecen, luego tendrán otras imágenes seguramente, pero inicialmente mientras son niños será casi enteramente la que ustedes les presenten.

¿Piensan ellos que el matrimonio es algo feliz?, ¿piensan ellos que es algo deseable?, ¿Que realmente vale el esfuerzo y el sacrificio que se hace en el matrimonio?, responder estas preguntas va a depender de cómo tú y tu esposa interactúan, como tú y tu esposa se comportan juntos.

Sí, ustedes realmente los influencian de gran manera, pero más importante que eso, más importante que la imagen de lo que el matrimonio es, es la imagen hacia donde apunta. Los matrimonios, individualmente, no son imágenes en sí mismos, sino que apuntan a cosas gloriosas fuera de él: A la salvación, a la Iglesia, a la eternidad.

¿Ustedes quieren que sus hijos amen y deseen este tipo de cosas? Habla cariñosamente a tu esposa y probablemente tu hijo va a aprender a amar la Iglesia. Éste es el punto aquí, que tu matrimonio está apuntando a otras cosas. Tú quieres que la gente vea tu matrimonio, especialmente tus hijos, que vean cómo tú y tu esposa se comportan mutuamente y tú quieres que ellos amen las cosas que tú amas de tu matrimonio. Hay muchas cosas más de tu matrimonio y de cómo actúas enfrente de tus hijos que afectaran la idea que ellos tendrán de él. Lo que tus hijos crean del Evangelio va a depender de tu comportamiento con tu cónyuge, lo que tus hijos crean de la Iglesia va ser un reflejo de tu comportamiento con tu cónyuge, lo que tus hijos crean de la revelación de Dios va a depender de cómo interactúas con tu cónyuge.

Además, y esto lo voy a mencionar más adelante en esta sección, la hipocresía no llega muy lejos en el matrimonio. La hipocresía sólo funciona en personas que no te conocen, en personas que no comparten literalmente la vida contigo. Si tú eres hipócrita en tu matrimonio entonces las personas más cercanas a ti sabrán lo que realmente tú amas, ellos lo averiguaran de todos modos, inclusive, antes de que comiencen a hablar. ¿Tú amas verdaderamente lo que dices amar? o ¿amas algo más? Ellos lo sabrán, ellos lo averiguaran, porque tus hijos van a aprender a amar de acuerdo a tus ejemplos, basados en las cosas que ellos observan que tú no necesariamente dices, y tú solo podrás sostener esta falsedad en ese tipo de ambiente por muy poco tiempo, esto es cierto respecto de tus hijos y lo es respecto a tu cónyuge.

Así que es verdaderamente importante que la imagen que tú tienes sea más que una acuarela, tiene que haber profundidad en ella, tiene que venir de las profundidades de tu alma y salir de ella. Así que Dios, tu cónyuge, tus hijos y tú. 

Ahora bien, la Iglesia. Tu esposa necesita imágenes del Evangelio, tus hijos necesitan imágenes del Evangelio, igualmente así la Iglesia. Uno de los medios que el espíritu Santo utiliza dentro de la Iglesia como testigos del Evangelio es llenar la Iglesia con pequeñas imágenes del Evangelio, un grupo pequeño de personas con pequeños hogares haciendo la representación del Evangelio donde los niños son parte de ello, pero también otras personas, y la gente viene a la Iglesia en otras estaciones de la vida y tú quieres tu Iglesia llena del Evangelio, entonces tu responsabilidad es asegurarte que en tu porción, primeramente en tu matrimonio haya Evangelio, porque cuando tú vienes a la Iglesia tú traes una imagen, y la imagen va ser una imagen del Evangelio y si es una buena imagen las personas van a verlo y si es una mala imagen las personas no van a estar interesadas en él, pero la Iglesia necesita ese tipo de cosas y si eso no viene de nosotros, si no viene de las personas que integran la Iglesia no hay mucho que un pastor pueda hacer. 

Todos nosotros necesitamos ser motivados en nuestra fe, todos nosotros necesitamos recordar lo que el matrimonio significa, todos nosotros necesitamos recordar que Cristo está preparando para sí mismo una esposa sin mancha ni arruga, todo el mundo necesita recordar que ella está siendo traída a la Gloria, y cuando nos congregamos el domingo eso es lo que está sucediendo allí, todo el mundo necesita acordarse que una Iglesia llena de fuertes y felices matrimonios, es una Iglesia que está llena de pequeñas imágenes del Evangelio.

Recordemos también que la Iglesia se está preparando para una boda, en mi entendimiento cuando yo veo metafóricamente la muerte y Ascensión de Cristo a los cielos, Él compró su novia y si lo quieres ver la Iglesia ahora es su prometida, entonces hay una boda esperando realizarse, nosotros legalmente estamos comprometidos ante Cristo como Iglesia, hay una boda esperando realizarse hasta ese último día. Y mientras tanto, las manchas y arrugas de la Iglesia deben ser removidas. 

Hasta cuando lleguemos al final de Apocalipsis tenemos mucho que aprender como Iglesia al respecto del matrimonio, y la Iglesia puede aprender lo que ella es y lo que ella debe ser en una iglesia local, al mirar en esas pequeñas imágenes en la bruma lo que deberían ser. Cuando te das cuenta de la inmensa contribución que puedes hacer a tu Iglesia local, tú supuestamente debes ser un reflejo de lo que es esa eterna Iglesia sin mancha, y esa Iglesia debe pasar algunos baches para llegar allí.

Tú has oído hablar de la esposa de proverbios treinta y uno, pero miremos lo que dice la carta de Efesios cinco seriamente, donde se nos indica que cada vez que tus miras un matrimonio estás mirando una imagen de Cristo y la Iglesia, que a través de toda la Escritura y miras sus matrimonios, y cuando llegas a proverbios treinta y uno, en la cual se describe a esta excelente esposa esa figura, date cuenta que esa figura también es la Iglesia, nosotros fácilmente podríamos hablar de la Iglesia de proverbios treinta y uno, porque de una forma u otra, esa increíble y diligente esposa es aquella analogía a lo que la Iglesia debería estar siendo semejante. Así que la Iglesia podría estar mirando nuestros matrimonios, la Iglesia puede ver lo que está sucediendo allí y ver lo que ella debería estar haciendo y no lo está haciendo.

Y si tú tienes a Dios, a ti mismo, a tu cónyuge, a tus hijos y a la Iglesia mirando, el último grupo de espectadores serán todos los demás, aquellos que no han sido salvos y están fuera de la Iglesia, y tú sabes que no cuesta mucho trabajo mirar afuera y darte cuenta de lo destrozadas que están las cosas, y por la providencia de Dios la gente ya no finge más, vivimos en una era donde ya no hay que ser hipócrita con respecto a las cosas de Dios, así que la gente está tirando todas esas cosas y su pecado está muy bien expuesto y cosas que no hubiéramos imaginado en generaciones pasadas están sucediendo abiertamente, y aun así nuestros matrimonios son un reflejo del Evangelio y el mundo espectador va a verlo, nosotros somos llamados a predicar el evangelio a todas las naciones, cuando el evangelio llega a alguna parte, a una nación, a una comunidad, al corazón de un individuo, él transforma su gente y los transforma a la imagen de Dios, el punto de todo este texto es el ilustrarte que la imagen de Dios es manifiesta en tu matrimonio particularmente y que sepas que mientras esto está sucediendo, tus hijos, tus hermanos en la Iglesia y todo el mundo, están observando y cuando ellos lo hacen están viendo una imagen del Evangelio, tu matrimonio es una herramienta de evangelismo, de ninguna manera estoy diciendo que el matrimonio reemplaza la predicación del Evangelio, porque la gente necesita escuchar la palabra de Dios expuesta claramente en detalle, pero en la confusión de todo lo que está mal allí afuera, cuando la gente está buscando paz y felicidad, y todo lo que el pecado no les ha podido dar, en toda su mala comprensión, y cada obra en que ellos son rebeldes contra de Dios; tenemos una oportunidad de usar nuestro matrimonio para mostrarles a ellos y decirles "esto es el plan de Dios para toda la cosas, esto ha sido el plan de Dios desde el principio hasta el final, si tú quieres saber cómo Dios está obrando en el mundo ven y cena con nosotros". Si tú lo ves, tu matrimonio es un sermón al respecto de la salvación, ¿qué tan bueno es tu sermón?

Tengo unas aplicaciones para las parejas jóvenes.

  1. Reconocer que las opciones para ti no son si vas a ser o no, una imagen del Evangelio en tu matrimonio. La opción es si vas a ser una buena imagen o una pobre imagen del Evangelio, pero cómo actúas tú en tu matrimonio reflejará lo que crees respecto a la obra de Dios y cómo la gente de Dios responde a esa obra. Así que eres una imagen algo semejante a un retrato, te guste o no, y la pregunta es ¿eres un buen retrato, uno que necesita ser retocado o uno que necesita ser pintado de nuevo? Tú serás una buena o una mala representación. 
  2. Reconocer que estás siendo observado. A todo el mundo le gusta conocer a nuevos matrimonios, algunas veces por buenas razones, otras por no tan buenas, pero todo el mundo está mirándote, todo el mundo ve cosas respecto de cómo tu estás representando el Evangelio con tu cónyuge.
  3. Reconocer la importancia por tu propia alma y tu felicidad futura al estar involucrado en una iglesia local. Cada vez que una pareja contrae nupcias, es algo enteramente nuevo que nunca antes había estado allí. Hay un matrimonio, una nueva familia, para algunos de ustedes, habrán salido del hogar de sus padres para comenzar uno totalmente nuevo. En las responsabilidades y requerimientos de esta nueva familia que tienes, es bastante fácil haber estado asistiendo a la iglesia en lo que llevas de vida porque alguien te dijo que era lo que debías de hacer y ahora es tuya la decisión. De ti depende forjar este camino y tú tienes que tomar la decisión por ti mismo, incluso si fuiste forzado a hacer algo sin darte cuenta porque es fácil retroceder a tu egoísmo cuando nadie te está obligando. 

No sólo hay matrimonios ejemplares y dignos de emular en tu iglesia local; gente que ha estado casada más tiempo que tú, que ha pasado por algunas de las pruebas que tu enfrentarás, pero la Iglesia misma y el Salvador de ella, Cristo Jesús, son la fuente misma de la cual nosotros nos debemos nutrir. Va a ser bastante difícil para ti y tu matrimonio si estás alejado de aquello que debes representar.

  1. Reconocer ahora lo que debes hacer, por el bien de tu matrimonio y el de tus hijos, al entender esto e interiorizarlo en tu vida. Sabemos que tendremos dificultades porque somos pecadores y nuestro cónyuge también lo es, y gran parte de los problemas que tendremos en el matrimonio es porque el pecado se amplifica por aquellas cosas de las cuales te debiste haber arrepentido y no lo hiciste porque tal vez ni siquiera sabías que tenías que arrepentirte de ello. Pero tenemos esta gran oportunidad, de leer estas líneas mucho antes, de detenernos y leer de estas cosas mucho antes en nuestro matrimonio cuando estamos frescos, cuando aun hay tiempo.

Y yo espero que todos ustedes en quince o veinte años estén viviendo una imagen del evangelio, que es más vívida, vibrante y brillante que cualquier cosa que pudieran ser, que sea mejor de lo que es hoy, cuando cada uno de ustedes se miren el uno al otro y vean a Cristo Jesús, porque ese es el punto de todo esto, que Dios sea glorificado en la Tierra por ello.

Ahí lo tienes, una imagen, una imagen que va a ser vista, y en verdad deseo que esto se vaya marcado en sus mentes, reconoce tu propia imagen y ten por cierto que otras personas también lo harán. Busca a Cristo allí.

Jonathan Sides

Jonathan Sides, husband to Meghan and father to Caleb (3) and Lydia (1), was homeschooled and grew up in family-integrated churches in Virginia. He now resides in Durham, NC, and is a member at Hope Baptist Church in Wake Forest. During the school year he teaches logic and introductory philosophy courses at Duke University as a graduate student instructor and in the summer he shears llamas and alpacas in Virginia, West Virginia, and North Carolina.