C19:4 - ¿Debemos visitar a los enfermos?
Nuestro gobierno nos dice que nos mantengamos alejados de las personas enfermas durante el brote de COVID-19. ¿Cómo deben responder los cristianos a esto? Toda nuestra vida nos hemos mantenido alejados de las personas si nosotros estamos enfermos, pero ahora se nos dice que debemos mantenernos alejados de las personas si NO estamos ENFERMOS. Esto debería parecernos extraño y la Biblia nos da algunas indicaciones de cómo pensar sobre esto.
Hay dos procedimientos operativos fundamentales para los cristianos.
Primero, se requiere que los pastores visiten, oren y pongan las manos sobre los enfermos (Santiago. 5:14). Note que Dios pone la carga sobre la persona enferma para "llamar a los ancianos de la iglesia", para orar. Este es un mandato, entonces, si estás enfermo, no dudes en llamar a los ancianos de la iglesia para orar. Los pastores necesitan cuidar a las ovejas, especialmente cuando están fallando y tienen miedo. Las personas necesitamos aliento cuando nos sentimos mal. Necesitamos oración cuando nuestras vidas están tambaleando.
Esto es consistente con los principios y prácticas de los sacerdotes en Levítico 14. Ellos estaban obligados a estar en presencia de la persona u objeto enfermo, y tenían procedimientos de manejo que los protegían (ver Lev. 13-15). Los sacerdotes examinaban a la persona enferma, objeto o casa que estuvieran contamidos y luego los declaraban limpios o inmundos.
La historia cristiana está llena de historias de pastores que no huyeron de la plaga. Los pastores no abandonan el rebaño, "el buen pastor da su vida por las ovejas". Huir desafía tanto la providencia como la compasión. Esto contradecía a Hipócrates y Galeno durante la Peste Negra, y contradecía la “Teología de huir” (Flight theology), esta es la doble idea de que huir de la plaga es huir del juicio divino y que es justo preservar la vida.
Segundo, Dios espera que todo su pueblo comprado por sangre visite a los enfermos. Jesús dijo: "Estuve enfermo y me visitaste". Él estaba hablando de todos los cristianos verdaderos. Los cristianos genuinos tienen compasión por los enfermos y no los evaden. Esta es la práctica normal de la iglesia.
Si usted es un pastor o un creyente, en síntesis diriamos, "No tendrás temor de pestilencia que ande en oscuridad, ni de mortandad que en medio del día destruya”.
Esto sigue el ejemplo de Jesús que se acercó a los enfermos y ellos se acercaron a Él para ser sanados. Sin embargo, pueden haber situaciones inusuales o extremas en las que los ancianos sabiamente no deben imponer las manos y los santos se abstienen de visitar, pero no debemos ignorarlos ni tener miedo. Theodore Beza creía que la condición física de un pastor figuraba en la ecuación. Argumentó que si por "la edad, la debilidad u otros factores no pueden hacer nada para ayudar a su vecino", "probablemente deberían huir". (Véase la excelente tesis de Spencer J. Weinrich sobre "Cómo [no] sobrevivir a una plaga: la teología de la enfermedad de la huida en la Inglaterra del siglo XVI".)
Huir o quedarse parece tener dos lados teológicos y pastores han tomado el uno o el otro. La estrategia pastoral de Martin Lutero para visitar a los enfermos durante las condiciones extremas de la Peste Negra ilustra su enfoque:
"Le pediré a Dios misericordiosamente que nos proteja. Luego fumigaré, ayudaré a purificar el aire, administraré medicamentos y los tomaré. Evitaré lugares y personas donde mi presencia no sea necesaria para no contaminarme ni contaminar a otros y así causar su muerte como resultado de mi negligencia. Si Dios quisiera llevarme, seguramente me encontrará y he hecho lo que esperaba de mí, así que no soy responsable ni de mi propia muerte ni de la muerte de otros. Sin embargo, si mi prójimo me necesita, no evitaré el lugar o la persona, sino que iré libremente como se indicó anteriormente. Vea que esta es una fe temerosa de Dios porque no es descarada ni imprudente y no tienta a Dios ". - Martin Lutero, Obras v. 43, p. 132. Carta "Si se puede huir de una plaga mortal", escrita al reverendo Dr. John Hess. Para ver la carta completa, haga clic aquí (ingles): https://blogs.lcms.org/wp-content/uploads/2020/03/Plague-blogLW.pdf
En la plaga, la equidad general de la Ley era la práctica general de Lutero. Esto es consistente con las leyes de cuarentena e higiene en la Biblia. Esta es la teología aplicada. Vamos a aplicarlo en nuestras propias vidas, para que no creemos una cultura del miedo. Los cristianos debemos alejarnos de la nosofobia hipocondríaca.
Scott T. Brown
Scott T. Brown es el presidente del Centro Nacional para la Integración de Familias e Iglesias y es anciano en la Iglesia Bautista Hope en Wake Forest, Carolina del Norte. Scott se graduó de la Universidad Estatal de California en Fullerton con una licenciatura en Historia y recibió una Maestría en Divinidad de la Escuela de Teología Talbot. Él le dedica la mayor parte de su tiempo al ministerio pastoral, a conferencias sobre la paternidad, a la reforma de la iglesia, y al fortalecimiento de la familia. Él y Deborah han estado casados por 31 años y tienen cuatro hijos adultos. Scott también ayuda a las personas a pensar sobre las dos instituciones más importantes que Dios ha establecido: la iglesia y la familia.