Blancos Estratégicos – Scott Brown
Yo vivo en el país del venado. Cuando empieza la temporada de venado, aparece el ejército camuflageado. Los horarios de trabajo cambian. Aparecen camionetas en los lugares más inusuales. El tiroteo de día y noche puede sonar como si se acercara un ejército. Es común ver pintura de camuflaje y sombreros fosforescentes a media mañana en el restaurant local. Los venados son cautelosos y difíciles pero son derribados con un disparo bien colocado. No es de ningún beneficio pegarle a un venado en la cola o en una pata o en el trasero ya que se irá corriendo al bosque. Si quieres cazar un venado, debes pegarle en el lugar correcto: el corazón o los pulmones. No hay otra forma. Solamente un tiro en un blanco muy pequeño lo cazará.
Un buen cazador sabe a dónde apuntar. Él sabe la diferencia entre un disparo efectivo y uno inefectivo.
De la misma manera, Satanás está disparando tiros, no al aire, sino directamente al corazón y al aliento de la iglesia—a las áreas fundamentales que la pueden hacer caer.
En la mirilla de Satanás están los sistemas que se usan para transmitir las verdades sobre la relación de Dios con la humanidad:
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La Palabra de Dios
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El Matrimonio
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La Paternidad Bíblica
Providencialmente, los esfuerzos del acusador fracasarán al final. Jesús dijo, “y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16:18) Satanás será vencido. Jesús es Rey de Reyes y Señor de Señores.
Pero habrá tiempos, como lo comprueba la historia de Israel y de la iglesia, durante los cuales el pueblo de Dios vagará, como lo vemos en los días de los Jueces donde “cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus ojos.” (Deut. 12:8, Jue. 17:6, 21:25), y en los días de Samuel cuando la “Palabra de Dios escaseaba.” (1 Sam. 3:1)
Estos tiempos siempre han preparado el ambiente para que el mal haga fiesta. Yo creo que nuestros tiempos caen en esta categoría en tanto Satanás está derribando exitosamente los principales blancos estratégicos.
Si quisieras tomar posesión de una ciudad, primero irías en pos de los sistemas más importantes de suministro, comunicaciones, comida, energía, agua y transportación. Destruye sus sistemas de entrega y reinará el caos.
Esto es exactamente lo que le está sucediendo a la iglesia. Los ataques contra ella son estratégicos.
Estos ataques estratégicos en contra de la iglesia están produciendo condiciones catastróficas.
Reconozco que las palabras que he escogido anteriormente son pesadas: “destrucción,” “caos,” “consecuencias,” “catastróficas”. He considerado cuidadosamente el uso de estas palabras. Estos tiempos extremos requieren medidas extremas.
Una Respuesta Denominacional
Por mucho tiempo la Convención Bautista del Sur ha sido líder en defender muchas doctrinas Bíblicas esenciales. Su líderes recientemente hicieron un llamamiento con respecto a estos temas, particularmente los que se relacionan a la familia y a los roles Bíblicos dentro de la familia. Permítame citar del “Concilio Bautista del Sur sobre la Vida Familiar” el cual fue formado a raiz de la creciente crisis del deterioro de la familia.
La familia americana está en problemas. La evidencia que nos llega de cada sector de nuestra sociedad reafirma esta simple pero trágica declaración. Considere lo siguiente:
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Un millón de niños al año ve a sus padres divorciarse. (Heritage Foundation)
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La tasa de divorcios en América es ahora más del doble que en el 1960
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35% de los niños de nuestra nación vive separados de sus padres biológicos (Censo)
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En los últimos 40 años, los embarazos fuera del matrimonio han aumentado 600% (Departamento de Salud y Servicios Humanos)
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En menos de 40 años las parejas conviviendo sin estar casados han aumentado en casi un 1000%. (Oficina del Censo)
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32% de todos los bebés en 1995 nacieron fuera del matrimonio. (Leading Cultural Indicators, Bill Bennett)
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La mayoría de las personas ahora viven juntos antes de casarse por primera vez.
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En la actualidad más matrimonios terminan por divorcio que por la muerte de un cónyuge.
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Menos del 40% de los matrimonios alega estar muy felices (Centro de Investigaciones de la Opinión Nacional, Universidad de Chicago)
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50% de los niños que no viven con sus papás nunca han visitado la casa de sus papás. (Leading Cultural Indicators, Bill Bennett)
Como respuesta a esta creciente inquietud, la Convención Bautista del Sur en su reunión del 1998 en Salt Lake City, Utah, adoptó una enmienda histórica a su confesión “La Fe y el Mensaje Bautista”. Esta enmienda estableció el fundamento Bíblico para nuestro entendimiento de la familia y de los roles que Dios ha ordenado para cada miembro de la familia.
¡Pero se requiría mucha más que una simple declaración de convicción y preocupación! En su reporte a la convención reunida en asamblea en el año 2000 en Orlando, Florida, Morris Chapman, presidente del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur instó a los Bautistas a tomar el próximo paso y “salvar a la familia”. Él creó lo que en aquel entonces fue denominado el Comité de la Convención Bautista del Sur para la Vida Familiar. Luego se creó el “Concilio Bautista del Sur para la Familia” establecido para recomendar estrategias para fortalecer la familia.
La dirección Bíblica para estas acciones fue identificada en los siguientes versículos: Éxodo 20:14, 1 Corintios 6:18-20, Hechos 2:46-47, Hebreos 10:25, 1 Corintios 12:11-27, 1 Corintios 4:2, 2 Corintios 8:9, Mateo 28:19-20, Hechos 1:8.
Efectos Mucho Más Allá de la Familia
Estos ataques no solo socavan a la familia sino a la obra completa de la propagación del Evangelio y el equipamiento de los santos.
Ciertamente, cada área de ataque tiene un profundo impacto en la familia. Pero no te equivoques: lo que sucede en la familia desata un torbellino de resultados que alcanza todos los aspectos del llamado de la iglesia a ser sal y luz. Por ejemplo:
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Cuando hay un divorcio, no solo el matrimonio termina arruinado, arrastra también con el mensaje del Evangelio. Una gran cantidad de energía es desplazada para sanar las heridas del divorcio y el tiempo que pudo haber sido dedicado (a la hora del almuerzo, durante caminatas o alrededor de la fuente de agua en el trabajo) para comunicar el precioso llamado y las promesas de Dios es perdido. Y trae reproche al nombre de Cristo. Dios dijo, “Yo aborrezco el divorcio”. (Malaquías 2:16)
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Cuando los hombres son pasivos y rehúsan tomar acción para personalmente entrenar a la próxima generación, no sólo son sus hijos los que sufren, es cada persona que esos niños conocen y cada iglesia a la cual asistan por el resto de sus vidas. Imagina a millones de niños intentando superar las pruebas y tribulaciones de este mundo sin estar armados con la Palabra de Dios, “la Espada del Espíritu” “guardado en sus corazones.” (Efesios 6:17, Salmos 119:11) Llamémoslo por su nombre: una privación devastadora.
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Cuando los hombres no se levantan para conducir bien sus hogares, equipándolos para dirigir la iglesia, “capacitando a los santos para la obra del ministerio” (Efesios 4:12) la iglesia sufre, creando una escasez de hombres calificados. La capacitación de los santos sufre porque hay muy pocos hombres sobre quienes se pueda distribuir la carga de la obra.
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Cuando nuestras iglesias son egocéntricas en vez de centradas en Dios, no solamente sufren las personas en la iglesia, la actividad misionera es suprimida y la gente no es lo suficientemente fuerte para enfrentar los retos y la posible pérdida de comodidad y dinero del campo misionero.
He aquí el resumen de los tres blancos que están recibiendo estos ataques brutales:
1 – La Palabra de Dios: Este es el rechazo de Dios y de Su Palabra como autoridad y regla suficiente para la vida del pueblo de Dios. Hasta las iglesias que dicen creer en la doctrina de la inerrancia de las Escrituras no han entendido el concepto de la suficiencia de las mismas. La iglesia, en su sincero intento de ser relevante ante la sociedad para poder salvar al perdido, de forma involuntaria ha rechazado a Dios y a Su Palabra, y se ha echado encima programas y formas que, no solamente no se encuentran en la Biblia sino que también obran para secularizar, inmovilizar y trivializar. Estas formas modernas a menudo le quitan a la iglesia su belleza y su fuerza. Nuestra única esperanza, nuestra única fuente de gozo, nuestro único Tesoro—Dios—ha sido echado a un lado por una “teología” pragmática o tal vez mejor llamarlo un pragmatismo eclesial.
2 – El Matrimonio: El fracaso del matrimonio resulta en la ruptura de la próxima generación y en la desfiguración del ejemplo evangélico del amor de Dios. Cuando un matrimonio se disuelve, numerosos efectos infiernales son multiplicados. El orden fundamental que Dios estableció para la sociedad incluye a un esposo que ama a su esposa como Cristo amó a la iglesia (Efesios 5:25). Cuando un hombre permite el desmembramiento de su matrimonio, él ha cometido un crimen en contra del amor de Dios, el escarnecimiento de las instituciones de Dios y el debilitamiento de las generaciones futuras.
3 – La Paternidad Bíblica: Esto es pasar por alto y neutralizar (castrar espiritualmente) a los hombres como líderes de sus hogares. Nuestras iglesias modernas son estructuradas implícitamente para ignorar el sistema primario que Dios diseñó para la transmisión de la verdad (Deut 6, Salmos 78, Salmos 145, Efesios 6). Al perder el orden creado por Dios, su identidad y rol, los hombres han perdido su virilidad. Podrían ser grandes héroes de la fe, brillando con justicia de generación en generación, pero en vez se han convertido en mulos cuya capacidad de multiplicación ha sido extirpada (Efesios 4:1-11, 1 Corintios 11-14).
Estos ataques han afectado profundamente la filosofía y estructura de la iglesia moderna, facilitando los objetivos de Satanás. C.S. Lewis capturó esta situación en su historia reveladora “Cartas del Diablo a Su Sobrino” (The Screwtape Letters). En el libro, Escrutopo, un diablo experimentado, está instruyendo a su subordinado en cómo atrapar a los humanos.
“En la actualidad, la misma Iglesia es uno de nuestros grandes aliados. No me interpretes mal; no me refiero a la Iglesia de raíces eternas, que vemos extenderse en el tiempo y en el espacio, temible como un ejército con las banderas desplegadas y ondeando al viento. Confieso que es un espectáculo que llena de inquietud incluso a nuestros más audaces tentadores; pero, por fortuna, se trata de un espectáculo completamente invisible para esos humanos.” – C.S. Lewis, The Screwtape Letters
Nuestras iglesias, en nuestras enseñanzas y en nuestra estructura, sin querer e inconscientemente, nos hemos convertido en colaboradores del enemigo. En este sentido, nos hemos convertido en nuestro peor enemigo.
Jesús se aflige por la pérdida del orden Bíblico en la iglesia. Jesús dice, “Sígueme.”
Scott T. Brown
Scott T. Brown es el presidente del Centro Nacional para la Integración de Familias e Iglesias y es anciano en la Iglesia Bautista Hope en Wake Forest, Carolina del Norte. Scott se graduó de la Universidad Estatal de California en Fullerton con una licenciatura en Historia y recibió una Maestría en Divinidad de la Escuela de Teología Talbot. Él le dedica la mayor parte de su tiempo al ministerio pastoral, a conferencias sobre la paternidad, a la reforma de la iglesia, y al fortalecimiento de la familia. Él y Deborah han estado casados por 31 años y tienen cuatro hijos adultos. Scott también ayuda a las personas a pensar sobre las dos instituciones más importantes que Dios ha establecido: la iglesia y la familia.